Sobre los economistas colombianos....

Recientemente, en un foro de la Revista Semana del cual fuí participe, Alberto Carrasquilla Barrera, ex-ministro de Hacienda, habló sobre su preocupación en dos temas: (i) por la continua pérdida de relevancia de los economistas colombianos como generadores de políticas públicas en nuestro país en relación con los constitucionalistas y políticos, y (ii) nuestro papel cada vez menos importante en los debates internacionales de este mismo campo.

Para i: Yo creo que el problema tiene génesis en el orden de importancia que tiene para la gente la economía y los temas económicos como tal: Es más importante escuchar al político que se rasga las vestiduras con vehemencia y populismo, que escuchar al economista de corbata bien peinadito y con cifras paneludas en la boca.
La gente le da más trascendencia a los políticos porque venden ilusiones y hablan bonito que a los economistas y a los objetivos o centrados. Así, de entrada, los economistas vienen con desventaja en el campo de la acción política porque su audiencia es reducida y eso tiene sus consecuencias especiales en política.

Para ii: Yo creo que esto deriva de nuestra irrelevancia relativa en América Latina y en el mundo.
Cuando escuchan hablar de Colombia en los Estados Unidos, la reacciones pueden ser dos: Terroristas y coqueros todos, o para los más ignorantes, ¿el Distrito de Columbia?.

En América Latina la cosa es parecida: Hace poco, en una aventura en la red, me dió por crear un Skypecast en Skype llamado "Política Latinoamericana". Yo era el moderador, y la discusión tuvo más de 20 "panelistas", y la audiencia en su punto más alto, llegó a 50 personas.
Yo hablaba con seguridad del Presidente Uribe y un guatemalteco me preguntó: ¿Uribe, quién, Adrián Uribe?. Con Chávez la cosa era distinta. Igual con Michelle Bachelet, la Jefe de Estado de Chile. Económicamente somos irrelevantes en el mundo y la región: Representamos de todo el PIB de América Latina (sin el caribe) algo así como menos del 4%, 1/25, una fracción despreciable.
Es como si en la arena internacional, estuvieramos hablando con un león adormilado, un puma negrito, un serio perro crecido y nosotros, fueramos un ratoncito con aspiraciones de bisonte. ¿Adivinen cual es el menos trascendente?.

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