Semana Santa en la costa...



Los últimos 4 días de la Semana Santa los disfruté en la costa atlántica colombiana, en Santa Marta. Algunas impresiones rápidas de lo que fué este fugaz paso por la bahía más linda de América.

  1. Economía al tope: Ven la foto de arriba?. Bueno, no es una foto de las playas de Rio de Janeiro en una temporada de verano con bellas garotas al final; Es la captura de la zona del Rodadero en Santa Marta, hoy domingo al medio día, antes de partir para la casa.
    A mi esto me parece muy elocuente respecto al estado de nuestra economía, y dudo de que sea obligatorio decir porqué.
    Entre otras cosas, los restaurantes (de todo tipo) y los servicios en la playa (auto-subsidios a la flojera caribeña) estaban a toda hora ocupados o demorados: Es irritante esperar 45 minutos por un desayuno o que el mesero te ignore 10 minutos antes de atenderte, pero bueno: Qué puedes hacer? Nada. Todos están así y no estamos preparados para tantos turistas!.

  2. Turismo de clase mundial: Se ha vuelto común escuchar a nuestros burócratas de gobierno hablar de sectores o cluster de talla mundial, de esos que pueden competir globalmente. Mi lamentable concepto es que no tenemos una industria turística de tal magnitud (a excepción del Eje Cafetero, que puede ser muy interesante y Cartagena). Por lo menos, en la costa atlántica, todo lo pone la naturaleza: En el Cabo de la Vela hay cabañas, pero no poseen agua ni luz (a eso de mediados de 2007); La parte más playera del Parque Tairona es muy rústica: Sólo se pueden comprar determinadas cosas (cuanto podrían sacarnos a los turistas!!) y la infrastructura y la organización, aunque ha mejorado sustancialmente, todavía es muy improvisada (oppsss.. caribe, quería decir): Me llamó la atención un mirador que le dicen "7 olas" y tiene una bella vista al mar. Su gran problema, es que no hay un lugar donde apoyarse para verlo con tranquilidad o unas escaleras para subirlo sin temor a romperse un hueso. Por ejemplo, mi papá, por falta de una baranda, casi se va a un despeñadero de más de 50 metros de alto.
    Otra es el Acuario de Santa Marta: Es sucio y muy rústico. Uno trata de quitarse algunas gafas de arrogancia para no comparar con otros acuarios, pero es imposible criticar su mal estado. Mis papás me dijeron que por lo que veían, no le habían hecho nada para mejorar en los últimos 10 años. Y es una lástima, especialmente porque tenemos que competir con todo el resto del globo y no tenemos nada que ofrecer.
    Ante nuestras quejas, penas y desaires solo me queda responder con mi derrotismo preferido cuando se habla de la costa: Macondo, Macondo...

1 comentario:

Skeptical Pony dijo...

pero...la pasaste bien verdad?
yo hace años no voy a la playa