Escepticismo (ii)

La última entrada publicada aquí esbozó una opinión general sobre la incapacidad de Barack Obama y el pueblo gringo para cambiar las malas prácticas que se practican en Washington. Y, ya pasados unos días, parece que se ratifica esa tesis, pues los asesores nombrados del Presidente Electo y los candidatos a encabezar los organigramas de los diferentes Departamentos parecen ser repeticiones del gobierno Clinton. Pero eso, vale la pena aclararlo, no significa el mismo escepticismo hacia la gestión de Obama: El que no haya modificaciones en ciertas prácticas comunes en la política, no significa que las reformas y las políticas públicas en ciertos frentes críticos de los Estados Unidos (economía, seguridad nacional, sistema de seguridad social, etc...) no vayan a ser programas paleativos o analgésicos efectivos. Finalmente, el futuro de los Estados Unidos dependerá más de la ejecución programática y de los hechos que de los títulos asignados por los medios y las percepciones políticas de los analistas de turno. Y, al parecer, los boys de Obama parecen estar bien posicionados en lo primero. No sé que dirán los lectores, pero a mí, personalmente y por ahora, me basta con buenos resultados...

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