El gobierno nacional de Colombia planteó un documento elaborado por el Departamento de Planeación Nacional que será la directriz para las metas de pobreza y desarrollo hasta el 2010, año en el cuál el Presidente Uribe Vélez dejará el poder.
Algunas personas de la izquierda democrática ven esto como un simple conjunto de cifras que no significan nada, dejando un sabor de dogma frente a cualquier política social planteada por el gobierno nacional central.
Creo que no tienen razón. Un plan de estos, que incluye inversiones de alrededor de 100.000 millones de dólares en un cuatrenio no se hace porque sí, ya que eso tiene repercusiones en el presupuesto del gobierno, además de ser observado por la ciudadanía y la comunidad internacional.
Me parece que este plan es necesario, porque compromete al país con metas de desarrollo que deben lograrse más rápido que nunca, para que la seguridad democrática sea sostenible y se erradiquen las semillas del conflicto.
Sin embargo, no podemos tapar el sol con un libro de 800 páginas.
Se deben hacer algunos correctivos en la legislación tributaria colombiana, para que sea más democrática, por ejemplo con tax cuts para la clase media y baja, siendo alguna parte de la carga asumida por las personas naturales más pudientes, una fracción más pequeña a las empresas (Para no crear sesgos anti-empelo) y el resto en eliminación de subsidios innecesarios y que definitivamente van en contra de la moral, como por ejemplo el de los combustibles líquidos.
Los ricos tienen carros, los pobres no. Lo paradójico es que la izquierda defiende ese gasto, lo que demuestra incoherencia y tintes de derecha, porque eso es auxiliar a los ricos.
También se debe crear, de alguna forma (no sé cual, mis conocimientos sobre tributación son mínimos, tengo 13 años), una legislación tributativa que sea más justa.
No me refiero a girar cheques, (que en principio serían aceptables, pero en la práctica convertirían al estado en un banquero de corrupción y otra fuente de desangre fiscal) sino en más programas de seguridad social para la gente que realmente es desfavorecida, sin entrar en asistencialismos que son insostenibles.
Además, una política de empleo más clara.
El grito de aquellos que no encuentra empleo debe ser silenciado (No me malinterpreten, silenciado con empleo, no con armas).
Es una recopilación de reformas y cosas que deben hacerse realidad, una mezcla de gasto público social con intervención privada, donde podamos crear crecimiento equitativo (Para ricos, medios y pobres).
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