Los poetas y los copitos de nubes...

Hoy iba con mi mamá en vuelo de Avianca de Bogotá a Valledupar y el clima estaba en bellas condiciones: Sol radiante, algo de viento y muchas nubes después de Zipaquira. No había problemas... Estaba tan relajado que me decidí a sacar de mi maletín el libro del buen mamerto contemporáneo de Bachillerato: Dónde está la franja amarilla?, del poeta y ensayista colombiano William Ospina. Empecé a leer (después comentaré mis impresiones) y después de hacer cálculos de lo que iba a decir el autor en las próximas 100 páginas (sí, los escritos de Ospina son como un ciclo: dan vueltas y vueltas), me puse a ver por la ventana. Y descubrí que ante mis ojos se presentaba una maravillosa obra de teatro en un escenario poco común: El cielo hospedaba una conjugación hermosa de osos y perros en el horizonte brillante del país criollo. Pero pronto los animales salvajes dejaron el escenario y todo se volvió uniforme.

Entonces me dí cuenta que mi mamá, una artista frustrada (o en desarrollo), también había visto todo el show y empezamos a charlar un poquito sobre eso. Ella, como buena poetisa, terminó hablando de lo bello que sería lanzarse desde el avión y caer sobre las nubes y tomar una siesta allí. Yo por el contrario, le dije de inmediato, que lo más probable es que caeríamos de una vez por todas por acción de la gravedad y que en vez de tener una corta temporada de relajación en los copitos (o sobre el tórax de los perros) seguiriamos derecho hasta la tierra, donde nos volveriamos pedazos. Ella asintió y después bromeamos al respecto.

A pesar de que la historia es sólo una pequeñez de un viaje movido por un entierro, puede ser interesante y válida para descalificar a los poetas y su visión romántica del mundo (cosa que incluye a Ospina): Adaptar la belleza (descansar en las nubes) por encima de las crudas verdades (caer despedidos de inmedianto) puede ser peligroso. No sólo cuando estás a 10 mil metros de altura y te quieres lanzar a dormir, sino también a la hora de pensar, votar y actuar.

No hay comentarios.: