La importancia de la independencia del Banco de la República

ESTE ENSAYO ES UN BORRADOR. NO ESTÁ COMPLETO. PODRÍA ASUMIR QUE TIENE EL VALOR DE "WORKING PAPER", AUNQUE ES CLARO QUE NO ES UN"PAPER".

América Latina ha catado diferentes sabores de capitalismo a lo largo y ancho del siglo XX y ahora, una fracción del siglo XXI. Primero, durante los años sesenta y setenta, tuvimos la oportunidad de saborear el desarrollismo, palpar los efectos negativos de centrarnos sólo en aspectos económicos. Más adelante, y hasta cierta parte de la década de los ochentas, nos encontramos con un Estado gigante, demasiado obsesionado con factores sociales, que dejó de lado importantes conceptos muy ligados a la buena economía, como por ejemplo, la sostenibilidad. Así, hasta los noventas, donde el continente latino fue víctima (en su sentido menos literal) de las siempre bienvenidas garras del reformismo. Laregión sufrió un revolcón de cambios económicos y políticos de semblante relativamente liberal: Se liberalizaron muchos mercados financieros y se abrieron las puertas al comercio internacional. Pero además, en muchos países de América del Sur, se emprendió una complicada y heroica batalla por separar a los bancos centrales de los brazos del ejecutivo y en general, del resto del poder público. De sacar del alcance del muchacho glotón la máquina que produce golosinas a borbotones y por pedido. Esto es, en términos más técnicos, brindarle independencia al Banco Central y hacer que este sea manejado y dirigido por personas capcitadas para tal. En nuestro concepto, esto es enormemente positivo por varias razones, las cuales examinaremos a continuación.
Vale la pena empezar este réquiem tecnocrático con una frase de alguien un poco ajeno a este tema y a América Latina:
La política no es ninguna ciencia, sino un arte.
Otto Von Bismarck.
No hacemos esta cita por aparecer como unos letrados estadista que emergerán en el futuro. O por posar de filósofos o literatos de corta edad cuyo pensamiento se basa en las enseñanzas y reflexiones de los imperialistas de antaño, pues finalmente esta es fruto de una búsqueda en Google sobre política. No. Lo que queremos resaltar aquí es esa parte de arte: Basándonos en Bismarck, en lo que vemos casi todos los días y en el mismo sentido común, podemos decir que la política es per se algo subjetivo: No se trata de buscar que es lo mejor -o lo peor- para la sociedad, sino de lo que cada persona piense y argumente según lo que su conciencia le dicte. Y esa relatividad, llevada a un plano tan trascendente en una economía de mercado, como la que representa el Banco Central, es muy peligrosa. Que las tasas de interés o el monto del dinero que se inyecta al sistema financiero y crediticio varíe de acuerdo a criterios que suelen ser de corto plazo -los políticos son los políticos, casi sobra decirlo- plantea inmensos riesgos para la estabilidad económica de un país y especialmente, para la inflación, que a su vez afecta a los comportamientos y las formas de ver las cosas de los agentes económicos. Por ejemplo, sabemos que en los Estados Unidos hay una crisis inmobiliaria de grandes proporciones. Entonces, para tratar de diligenciar algunas solución para el asunto, darle liquidez e incentivar el consumo -que es casi 3/4 partes de la economía americana-, el FED (banco central de ese país) bajó sus tasas de intervención de 5,25% a niveles cercanos al 2% en menos de 18 meses. Y no lo ha hecho más porque su criterio técnico se lo impide. Mientras tanto, varios candidatos republicanos claman por tasas más bajas, sin importar lo que ocurra con los precios. Por ejemplo, Jhon McCain en un momento pidió que esas tasas fueran del 0%.[1]Y sí, todos quisiéramos pedir prestado a tasas reales negativas (esto es, tasas de interés menores que la inflación), pero no a toda costa y menos en cualquier situación.

Entre otros variados ejemplos, está el de los gobernantes que quieren que las economías vayan más rápido de lo que pueden ir, profundizando los ciclos crecientes y positivos de las mismas: Inyectan mucho dinero (más del necesario para fortalecer el ahorro y generar inversión) que puede terminar en calentamientos o alzas innecesarias en los precios. O en crecimientos más altos y titulares más elocuentes en el presente, pero problemas difíciles de afrontar más adelante. Esto, no sobra recordarlo, también tiene efectos negativos sobre la percepción de los agentes de mercado sobre la calidad y transparencia de las instituciones, lo cual es muy trascendente para el crecimiento futuro, la innovación y el desarrollo societal en general[2].

Otro aspecto importante para mencionar es la famosa tentación de los gobiernos de incurrir en décitis y solucionarlos con préstamos por parte del Banco Central. Y eso es cierto: Pocos o ningún político van a resistir la tentación de gastar y gastar cuando tienen una chequera prácticamente en blanco. Eso, en nuestra opinión, puede tener varios efectos indeseables, los más notables: i) Indisciplina fiscal y ii) Populismo. Entonces, si el Banco es independiente, tendrá la facultad o la obligación de decirle NO al gobierno y los problemas arriba mencionados se evitarían, al menos si la causa fuera que el Banco sea la chequera del gobierno.

Dados ya los puntos, lo curioso del asunto es que alrededor del globo todavía se alzan voces contra la ya nombrada autonomía. Lo hacen personajes tan diversos como el ministro de Agricultura de nuestro país, Andrés Felipe Arias, y el Premio Nobel de Economía de 2001, Joseph Stiglitz. Además de ser críticos, tienen dos rasgos en común: i) Son doctores en economía titulados en prestigiosas universidades de los Estados Unidos y ii) Sirven a su clientela. Para el caso del ministro es fácil de entender, ya que ha pasado de ser un tecnócrata con ambiciones investigativas a un personaje con futuro de político y, valga la redundancia, aspiraciones políticas, lo que hace que su análisis objetivo se vea comprometido. Y con Joseph Stiglitz -y muchos otros- la dinámica es diferente -aunque similar en cierta manera-, ya que el Nobel sigue siendo un académico. Sin embargo, es un académico sesgado: Hace fiel copia a la típica caricatura de personas con un pasado estudioso y un presente donde escriben -y escriben- para mantener contenta a su cuotade público, en este caso algunos movimientos juveniles y su carreta antiglobalización.

Aquí deberías concluir este ensayo: Se ha esbozado, a grosso modo, el porqué de la independencia de los Bancos Centrales y muy especialmente, del Banco de la República. Se podría terminar con un párrafo optimista alabando la libertad aparente de esta institución. Y así debe ser. Sin embargo, fue nuestra intención ir un poco más allá y buscar si todos los argumentos, en los que gastamos algún tiempo considerable, tienen un sustento empírico, y verificar si se quedarán sólo plasmados en este papel, o tendrán alguna trascendencia práctica. Después de la búsqueda, lo curioso es que no hay conclusión. O bueno, si la hay sólo que con algunos peros, como por ejemplo: Hay relación positiva entre libertad de la Banca Central y disminución de la tasa de inflación, sin embargo, los análisis e índices realizados para América Latina no toman en cuenta que otras reformas estructurales pueden haber llevado a reducciones en los precios del consumidorl[3]. Entonces, uno podría decir que no hay sustento empírico claro más allá que el del sentido común y entraría a descalificar los argumentos aquí brevemente esbozados. Sin embargo, esto, en nuestro juicio, es otro gran error. En últimas, el sólo hecho de elevar la discusión sobre política monetaria de un nivel poco académico y muy politizado -quién sabem hasta de pronto podríamos ver reducciones de tasas en los Consejos Comunitarios de la actual administración- a otro más profundo y más técnico, es ganancia. Se pasó de deambular en actos políticoscon las tasas de interés y las bases monetarias a discusiones más serias en salas con teoría económica y cifras de por medio. Y eso, lo reafirmamos, ya es ganancia.

Economist, T. (10 d Octubre de 2007). Free Exchange Blog. Recuperado el 20 de Mayo de 2008,
de The Economist: http://www.economist.com/blogs/freeexchange/2007/10/thank_goodness_for_central_ban.cfm.
[2] North, D. (2005). Entendiendo el proceso de cambio económico. Princeton, NJ. Editorial Norma.
[3] Jácome, L., & Vásquez, F. (2005). Any Link Between Legal Central Bank Independence
and Inflation? Evidence from Latin America & the Caribbean.
Washington: IMF Working
Papers.



COMENTARIOS FINALES AL BORRADOR
  1. Este ensayo fue realizado con gentiles colaboraciones de mi profesor de economía y sociales, Boneth Daza, y mis dos compañeros y amigos Manuel Barros y Alan Daza para el concurso "De la Banca escolar a la Banca Central" del Banco de la República.
  2. No sabemos si nuestra propuesta quede entra las finalistas. De hecho, nadie lo sabe. Pero estamos preocupados porque el ensayo tiene dos particularidades que seguramente lo harán diferente de muchos otros y puede hacer que sobresalga, aunque también que se sepulte sólo: i) Es políticamente incorrecto en muchos aspectos -aunque gracias a la colaboración de los personajes arriba mencionados, es más políticamente correcto ahora- y ii) Usa algunas fuentes que, según me han comentado, pueden poner en duda la autoría del ensayo por parte de unos estudiantes de grado 10. No sé.
  3. Quiero agradecer a Carlos -el libertario colombiano- por sus comentarios centrados respecto al ensayo. Lastimosamente sus sugerencias no alcanzaron a ser tomadas en cuenta para la versión que se entregó al Banco -esta misma, publicada en este blog-. Por eso, todavía tiene el rótulo de "Borrador" al comienzo de la entrada. También a Juan Francisco Muñoz por sus ánimos a la hora de animarme a escribire aquí y sensateza la hora de h acer críticas a lo que escribo. Finalmente, a Mario Chacón, profesor de sociales que me sugirió un par de cosas, que como con Carlos, no pudieron ser tomadas en cuenta por motivos de tiempo.

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