Comentarios Semana

Recién llego de las controversiales vacaciones de Octubre y me encuentro en mi casa la siguiente portada de la Revista Semana:
El título Wall Street Socialista me previno y me señalo que en la revista podrían aparecer publicadas una buena cantidad de pendejadas o de malas interpretaciones de la crisis financiera. Inicialmente, hay dos secciones que me gustaría resaltar: El artículo de portada y la columna de María Jimena Duzán.
  • Artículo de Portada: Me parece que las tesis que propone el artículo son de las que uno podría esperar   de un medio masivo como Semana o El Tiempo y preclasificar como inexactas, por su origen. Por ejemplo, dada la intervención del Tesoro de los Estados Unidos y otras autoridades en los mercados internacionales para salvar los ahorros de millones de ahorradores alrededor del globo, llaman a Carlos Marx y lo imprimen en la caratula e insinúan que es el fin del neoliberalismo. Supongo que son imprecisiones por: i) Las intervenciones que hemos visto son -y seguirán siendo necesarias para recuperar la confianza de los agentes en el sistema financiero y para normalizar los comportamientos de los mercados de créditos. Dudo que sea un acto maquiavélico para borrar la propiedad privada o convertir al Estado gringo en el dueño de Wall Street, como algunos han sugerido, pues finalmente, por la presión política de estos mismos adalides de la propiedad privada, varios contribuyentes furiosos y la promesa de recuperar algo de los U$700.000 millones invertido, los activos comprados terminarán vendiendose de nuevo a privados. ii) Es un hecho que van a haber cambios en las regulaciones internacionales en materia financiera. Sin embargo, todavía no hay certeza sobre el nivel de preponderancia del Estado en materia de regulación, pues es probable que inicialmente se impongan más reglas para acabar con los chicos malos de Wall Street. Pero la regulación tozuda y larga no es la solución para terminar con las crisis financieras y al final puede entorpecer el funcionamiento normal del sistema crediticio. Y los políticos, tal vez los mismos que abogaron por más regulación, tendrán que volver a revisar lo revisado. No para aumentar los encisos. Ni para borrarlos. Ojalá para reflexionar sobre la coherencia de los incentivos que se decretan  con dos conceptos/principios que siempre serán deseables: Menos inestabilidad, pues la estabilidad total no sólo es aburrida, sino imposible, y eficiencia.

  • Columna de Maria Jimena Duzán: Creo que es una mala descripción sociológica de los yuppies, pues ni siquiera es exacta a la hora de definir la forma con la que hacen dinero: No juegan, generalmente, con dineros públicos. Tal vez con el de los inversionistas. O con el de ellos. Pero siempre con el consentimiento de sus clientes. De cualquier manera, Duzán no es capaz de mantener cierta cordura temática en toda la columna en el sentido de que mezcla diferentes criterios de crítica: Su vida en la zona T, sus carros y sus prendas con lo negativo de la forma con que hacen dinero. Criterios estéticos  -le caen gordo, se nota a leguas y tal vez por eso escribió la columna- con moralismo financiero. Una combinación tan extraña como inexacta. 
A pesar de que esta ha sido una de las peores ediciones de esta revista que he leído, hay algo para resaltar. Curiosamente, es de un columnista que no es de mis afectos, pues suele escribir pendejadas. Y no sólo pendejadas: Pendejadas sin gracia. Pero, aparentemente, cuando a Semana le fue mal, a él, bien.
Él es Daniel Samper Ospina y su caricatura sociológica sobre los jóvenes conservadores. Me ha hecho reír. No sé si es porque me vi caricaturizado  hace un par de años largos. O porque es, a diferencia de la sociología de Duzán, más exacta. No importa, esas son pequeñeces tontas y discusiones para una sala de tertulia como la que los mismos muchachos plantean. No pierda el tiempo y vaya a leerla, vale la pena.

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