Lectura Recomendada

A mi Lucho Garzón siempre me ha producido una especie de desconfianza. Como un miedo: Nunca se sabe, con precisión, qué va a decir. Qué sarcasmo de medio pelo va a sacar frente a las cámaras. O que fibra sensible va a tocar con la ironía que lo caracteriza. Entonces, hace unos meses compré el Libro-entrevista que el ex-alcalde y Julio Sánchez Cristo sacaron, como un intento para conocerlo un poquito más y ver si mi mezquindad era basada o resultaba de las meras impresiones que le dejan a uno los medios con sus mediocres quejas por la malla vial de Bogotá. O por sus logros intangibles, pero si reconocibles: Esto es, avances sociales y responsabilidad fiscal, sin necesidad de grandes obras y megaproyectos especiales.

Me demoré tres meses para leerlo porque nunca lo tomé en serio: Una pizquita en el aeropuerto, otra antes de empezar a hojear otro libro, en algunas clases de lectura y así sucesivamente, hasta que hoy, que terminé deberes temprano y estaba de buen humor, me decidí a rematar las últimas 40 hojas que quedaban. Y bueno, puedo decir que quedé fascinado: Me gusta de esta entrevista que ha sido francamente sincera. No hay tenido tapujos ni rodeos. Y ha puesto sobre la mesa muchas verdades de la izquierda y el sindicalismo en Colombia: Las relaciones, la admiración y la complacencia con las guerrillas terroristas. La vida de burguesitos que se dan algunos líderes de los movimientos obreros. Las incoherencias y las vivencias del picaresco personaje en ambientes tan disímiles como la familia de unos alemanes relativamente adinerados y el Partido Comunista de Colombia. Sin duda, esto es algo que vale la pena leer. Es una joyita que sirve para reírse y pasarse buenos tiempos conociendo a Lucho, que como el mismo Sánchez Cristo escribió, es una buena persona.

Nota: Hace poco critiqué y me quejé de algunos comportamientos indignantes de algunas instituciones. Los de MegaStore Group, por fín, me mandaron todo lo que me habían prometido y debe llegar en la corrida del fin de semana. Por el contrario, los inútiles (e imbéciles) de Colaptria, no han hecho nada. Espero, algún día, encontrarme con Jeff Imelt y decirle lo que pasó.

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