Mea Culpa

Los latinoamericanos tenemos varios patrones de comportamiento que suelen repetirse constantemente. Por ejemplo, algunos dicen que somos más alegres y creativos que las aburridas y cuadriculadas razas anglosajonas. Otros que tenemos dotes afectivos superiores a las castas blancas de otros continentes. Pero si hay algo que nos identifica, al menos en lo que es relativo a nuestras relaciones con otros países, es la tendencia a adjudicarle la culpa de nuestras desgracias a otras naciones: Que los españoles del siglo XVII para atrás, después los ingleses, después los gringos y recientemente las potencias de Oriente que nos empiezan a robar clientes de manufactura por su increíble habilidad para progresar en productividad. Pero en medio del tiempo que gastamos en nuestros alegatos que intentan retratarnos como víctimas inofensivas de la historia, nunca reparamos en que nosotros mismos nos hemos encargado de hacer de nuestras instituciones democráticas y económicas (algo clave para la innovación y la inversión, y por ende para el crecimiento económico de largo plazo) un desastre. Tal vez la prueba fehaciente de lo anterior es la reciente aprobación –cuya unanimidad es preocupante- del referendo reeleccionista en el Senado de la República, que seguramente terminará en un deterioro más profundo de nuestra ya debilitadas instituciones políticas.

No hay comentarios.: