Mostrando las entradas con la etiqueta leyes. Mostrar todas las entradas
Mostrando las entradas con la etiqueta leyes. Mostrar todas las entradas

Rompiendo esquemas: Las drogas

Un tema crítico al hablar de Colombia es el narcotráfico: Nuestro terruño tiene el título de primer productor mundial de cocaína y cada vez que se habla en foros internacionales sobre el buen momento económico que atraviesa el país, siempre sale algún desinformado a decir que es por causa del tráfico de narcóticos. Y en parte, es entendible: El diploma que ostentamos es muy elocuente, en especial para los perezosos del intelecto.


Pero a pesar de todo lo anterior (que es tal vez lo más ruidoso), algo preocupante es que hacia el futuro parece no existir una solución o, que al menos todo lo que se ha hecho ha sido en vano: Billones de dólares gastados, numerosas muertes y corrupción en el Gobierno. Hay que reconocer que han caído “capos” como Pablo Escobar o los hermanos Rodríguez Orejuela, pero al final el problema, sin importar la forma o el nombre del cartel, persiste.

Hemos hecho de todo, menos probar una propuesta, que es muy controvertida, pero que vale la pena examinar: La legalización de la producción y el consumo de drogas. Vamos a ver que en general, los narcóticos se han convertido en un mito y un objeto de lucha. Un inconveniente es que no estamos luchando de la manera adecuada.

En primer lugar, quiero hablar del supuesto efecto negativo de la despenalización sobre la violencia: Es falso que el número de muertos y asesinados vaya a aumentar por la legalización de las drogas. En esencia, la violencia que existe por el narcotráfico tiene como origen la existencia de Carteles y toda la parafernalia que la prohibición genera. Si no hay prohibición, los carteles pasarían a ser agentes de mercado normales, como lo son la cervecera Bavaria o la tabaquera PhillipMorris. En últimas, la que genera la violencia es la penalización de la droga, y las batallas entre la fuerza pública y los traficantes. Nos podemos ahorrar matanzas y corrupción.

En segunda instancia, es importante mencionar el efecto sobre la demanda de cocaína. Algunos prohibicionistas arguyen que el consumo de esta droga se dispararía: Falso. Probablemente podría existir un boom coyuntural, pero teniendo en cuenta la evidencia de la prohibición del consumo de alcohol en los Estados Unidos en los años 30, la respuesta es, en general, la misma: Falso.
Desde la perspectiva de los costos, también se dice que la penalización aumenta los costos de acceder a una droga, y eso es cierto. Con lo que no cuentan los argumentadores es que, al volverse formales, los productores tendrán que pagar muchos impuestos (de renta, IVA, seguridad social, etc…) y empezarán a invertir en publicidad y advertising para generar marcas, lo que significa, a su vez más costos, que con seguridad se verán reflejados en el precio que paga el consumidor.

De tercero hay que mencionar el efecto económico de la despenalización. Bueno, en realidad hay varios efectos. Algunos relevantes pueden ser: i) La transferencia de riqueza de ciudadanos a delincuentes: Cada vez que se compra droga ilegalmente, estamos dejando de pagar impuestos en potencia, que pasan a las manos de los delincuentes, ii) los programas anti-droga de los gobiernos, como el Plan Colombia, pueden significar menos recursos para otros destinos importantes o prioritarios.

En cuarto lugar, es imperativo enfocarnos desde el punto de vista de la salud. La prohibición significa más controles y rigurosidad a la hora de transportar narcóticos, por tanto, los traficantes se ven obligados a usar más eficiente a sus mulas y lanchas: No les van a meter cápsulas en el cerebro, van a enviar formulas más potentes, es decir, que hagan lo mismo, pero en menor cantidad. El consumo insano se puede combatir de formas menos violentas, como por ejemplo, políticas públicas de salud, como se ha hecho con el alcohol y el tabaco.


Otro aspecto importante es el de la marihuana, cuyo efecto de alivio en náuseas y dolores musculares, así como su utilidad para combatir los síntomas de enfermedades graves como glaucoma, epilepsia, SIDA y migraña está comprobado. Entonces, si sirve, ¿por qué es prohibida en los Estados Unidos? Recordemos que en ese país está clasificada como Schedule I Drug, es decir, droga que nunca debe ser recetada por algún médico en cualquier circunstancia.

Finalmente, vale la pena hablar de moral. Muchos prohibicionistas hablan de que el consumo de drogas es algo inmoral per se. Parece un dogma, no un argumento. Si comparamos esto con un asesinato o con un secuestro, de lejos se ven grandes diferencias.
Además, los ciudadanos tienen derecho a decidir que deben o no consumir. La prohibición equivale a que el Estado le diga a una persona que tipo de zapatos debe usar.

Para terminar, creo que es importante recalcar en la importancia de romper esquemas. Y en este caso, es el de la prohibición de las drogas. Muchos muertos hemos tenido que sepultar, mucho dinero hemos perdido y más de 30 años se han ido a la basura en esta lucha. Vale la pena intentarlo, así sea sólo por pragmatismo. El momento de empezar es ya.

Bibliografía Sugerida

(2004). En J. A. Miron, Drug War Crimes: The consequences of prohibition (págs. 1-24). Oakland, California: The Independent Institute.

Son los democratas gringos ¿democratas?

Ya se viene la campaña presidencial en los Estados Unidos para el 2008. Ya, desde mucho antes, ha empezado la carrera por llegar a la Casa Blanca. Y yo no quiero detenerme en las prioridades (bien lógicas) del pueblo Americano para votar. Me parece más interesante evaluar las opciones que tienen para hacerme un boceto de lo que puede ser en 5 ó 7 años. Del Partido Republicano, no puedo decir mucho. Mi percepción es un montón de imbéciles con mucho poder. Como decía el humorista gringo George Carlin: "Nunca subestimes el poder de gente estúpida en grandes grupos¨.
A mi me gustan más los democratas, pero sobre todo, los moderados, es decir, los del Democratic Leadership Council. Y además, creo que los conozco un poco más. Entonces, me pareció interesante hacer una pequeña investigación sobre si estos democratas son democratas de verdad, y si pueden mantener sus "buenas" posiciones, aún cuando el electorado pueda estar en contra de ellos.
El ejercicio es bastante sencillo, pero puede hablar por sí solo: Qué votaron respecto al Patriot Act (el acto menos democrático y más regresivo de los últimos tiempos en los Estados Unidos) los tres principales pre-candidatos democratas al 2008?. Los escogidos son Hillary Clinton, Barack Obama y Jhon Edwards.

Los resultados son los siguientes:

Hillary Clinton: Sí.*
Barack Obama: Sí.**
Jhon Edwards: Sí.

*Votó el Patriot Act original en 2001 y su renovación en 2006.
**Votó por su renovación en 2006, ya que no estuvo antes en el Senado.

Bueno, juzguen ustedes. Si yo fuera un verdadero democrata, no votaría por violar los derechos y las libertades de las personas, inclusive si esas mismas personas se me tildaran de anti-patriota.
Esto que han hecho los democratas, me parece una verdadera insensatez.

Colombia: Vamos por mal camino.

Estos días han sido movidos para mí porque he viajado a un par de lugares de Colombia.
Uno en plan de vacaciones y veraneo, y el otro en plan académico, y bueno, también de veraneo. Ambos son sitios muy distintos (que no voy a decir cuales son) por variados motivos: su composición económica, la personalidad de su gente, su nivel de desarrollo en general, etc... En fin: sitios distintos en planes distintos y con gente distinta.

Y todo era normal (y bastante anti-político), hasta que en una charla informal con un familiar (y en el otro lado con otra persona menos cercana), me dí cuenta de esa admiración casi mesiánica que muchas personas le tienen al Presidente Uribe: Y con razón, aunque en temas como el empleo están levemente estancados, ahora pueden respirar tranquilos y tener muchas más libertades que antes, en épocas donde el terror fue el dueño y señor de una gran cantidad de país. Entonces, intrigado por saber más de sus opiniones (porque son prototipo de su región y no les faltan detalles para hablar de los demás), les pregunté si apoyarían un tercer período para el Presidente Uribe. Y la respuesta fué más que contundente: Sí, tiene nuestros dos votos (padre y madre) y en el 2010 el de Mateo (que en 2008 va a ser mayor de edad) . Ese tipo no se puede reemplazar: Ha sido el único que nos ha dado garantías para vivir contentos.
De ahí en adelante no hice nada más que seguir charlando de cosas de todos los días: el calor, la familia, etc... para no herir susceptibilidades ni ponerme a discutir en discusiones interminables y sin sentido.
'
Y bueno, ya en las tierras más frías del altiplano, me puse a analizar lo que había escuchado en esos viajes y concluí que el pueblo colombiano i) ha retrocedido en democracia, ii) ha avanzado en ver permisivamente el autoritarismo, iii) está dispuesto a poner en riesgo la calidad de las instituciones en el largo plazo en medio de necesidades de mediano plazo.

Y me parece, todos son graves. Pero me parece, que para el futuro, el más grave es el iii, porque según Douglass C. North, en su libro Para entender el proceso de cambio económico (que parece un óvalo: vueltas y vueltas), un aspecto clave para que el crecimiento económico tenga lugar, es tener buenas instituciones democráticas y legales. Y como vamos, no creo que esas instituciones de North tengan mucho caso.

No a la consulta popular

Estos días hemos visto revuelo por las propuestas del Presidente Álvaro Uribe sobre la liberación de presos (congresistas) que digan la verdad sobre la parapolítica y la libertad a los guerrilleros de las FARC. Algunos han dicho que esto (Al igual que las transferencias) se debe someter a una consulta popular, otros que a un referendo o a cualquier instrumento democràtico para someter a la voluntad del pueblo estas acciones que el ejecutivo tomaría.

Yo pienso que es totalmente innecesario e inconveniente convocar a elementos de votaciòn decisiones tan importantes para el país, simplemente porque existen versiones ideològicas a medias que hacen que el debate se convierta en una mentira y los votantes no puedan ejercer con total libertad el voto. En sí, sería una libertad inexistente, porque no ejercerìan su derecho con plenitud y no formarían su decisión con reflexiones basadas en herramientas propiamente neutrales. Ademàs, dejar que el pueblo haga absolutamente todas las cosas es como decir que el todo el pueblo està en condiciones mentales y acadèmicas propias para decidir. Y no es por que yo crea que el pueblo es pueblo por que así nació (No soy Calígula) ò sea un ser dèspota ni nada por el estilo.
Sòlo que es necesario tener los píes en la tierra y no ser ilusos con las capacidades democraticos de la gente.