Inversión Extranjera: Reflexión para el futuro

Recientemente en Portafolio salió una nota donde se comentaban las recomendaciones de un experto Irlandés para que la inversión fuera más productiva en términos sociales, más específicamente, en el empleo y la formalización laboral.
Las recomendaciones se basan en tratar de atraer inversión extranjera más productiva que la que ahora se está recibiendo (particularmente las de ganar mercados, como Bavaria y SabMiller o Éxito y Casino) y disminuir las cargas impositivas a las empresas para ser verdaderamente competitivos en el ámbito internacional.

Yo creo que esta voz es una alerta para el gobierno, que puede estar haciendo esfuerzos en la dirección equivocada. El Presidente tiene razón al afirmar que uno de los pilares para el desarrollo del país debe ser la confianza inversionista, sin embargo, ahora que esta última se ha establecido más o menos, la pregunta es ¿Qué tipo de Inversión Extranjera dseamos recibir?. Yo creo que por sentido común, es la que el experto nos recomienda, una más productiva en términos sociales y económicos que la mera apropiación de activos nacionales por parte de extranjeros.
De esta manera, es importante que el gobierno rediseñe su estrategia para recibir inversión extranjera "de la buena".
Pueden existir incentivos a formalizar toda la inversión, como una reducción del impuesto de renta y pasar a un sistema de flat tax, como ya se hizo en Irlanda y se está haciendo en toda Europa.

También, se puede ofrecer apoyo gubernamental en otros sentidos como servicos integrados de gobierno a los extranjeros que inviertan en proyectos que generen empleo o colaboren con la modernización productiva y tecnológica del país. Algo así como La red de Lucha contra la Pobreza Extrema, pero dirigida a las empresas que traigan inversión socialmente productiva, es decir, empleo. Con una verdadera masificación del empleo , muchos de los programas asistencialistas y subsidiados serían necesidad del pasado.

3 comentarios:

juan francisco muñoz dijo...

No se pero a mí no me termina de convencer el concepto del presidente de "generar confianza". desde el sentido común eso que dice uribe consiste en que la guerrilla no los va a secuestra ni a extorcionar, básicamente, y de pronto a que van a existir facilidades tributarias. No creo en esa idea de que al hacer buena publicidad en el exterior y al mantener la seguridad democrática las cosas vayan a cambiar mucho realmente. Los extranjeros saben asesorarse y es imposible esconder los problemas reales de este país. Creo que el concepto de confianza de uribe empieza por cometer el error de separar a colombia en dos. En una de mostrar, que es la que se relaciona con los inversionistas. Y la otra colombia, que es la de esconder, la que se espera ellos no vean ni les interese. Entonces es difícil imaginar que vengan empresas responsables socialmente, o con una misión acorde al desarrollo, si en el fondo de esta cuestión ya están presentes estas concepciones.
Ahora, es como lógico esperar que alguien que concibe la inversión extranjera como algo distinto al desarrollo social haga tanto énfasis en el asistencialismo. Un asistencialismo que pareciera ser planeado como una forma de calmar a la colombia que nos deprime.

Luis F. Jaramillo Q. dijo...
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Luis F. Jaramillo Q. dijo...

Juan:

Creo que tienes razón en las partes del asistencialismo (pañitos de agua tibia para que no se levanten las masas) y la división de Colombia en 2.
Yo creo que si es posible que se atraigan empresas que ayuden a desarrollarse al país. El cuento no es si les interesa o no, es, más bien, como hacer que su presencia sea más benéfica para el país en términos socailes y económicos.
Por ejemplo, se puede incentivar a que las empresas que vengan acá monten industrias y construyan plantas, más no que compren plantas ya construidas y sean para ganar mercado únicamente.
Los incentivos pueden ser varios: Por ejemplo, que venga GM o Ford y seamos un centro de logística y manufactura para la Región Andina. Los incentivos, pueden ser bajos impuestos de renta frente a otros países, infrastructura en óptimas condiciones y compromiso político de que sus derechos serán respetados, al igual que a cualquier colombiano, fuese un mendigo o el Presidente de la República.
Así, ellos no pensarían en comprar, no sé, Hyundai de Colombia y poner sus carros a la venta y ya. Pensarían en montar fábricas y centros de logística, porque seriamos competitivos frente a otras naciones de la región, es decir, les estariamos dando incentivos a invertir en Colombia y no desincentivando como ahora, ya que solo existe un compromiso político, la infrastructura es precaria, la mano de obra poco calificada y los impuestos son altísimos en comparación con otros países.